Las personas hipertensas, aquellas que son obesas, los que son asmáticos y otros grupos más, deben tener un cuidado especial con la cantidad de consumo de sal en las comidas.
Ya sea porque el médico lo recomienda, por algún artículo de alguna página, o por el consejo de la mamá o esposa, no hay que ponerle mucha sal a las comidas. Pero, esta afirmación tan popular, ¿cuánto tendrá de cierto? Lo cierto es que se asocia el consumo de sal con la salud debido a la presión sanguínea. Está comprobado que consumir sal en exceso contribuye a desarrollar una hipertensión arterial.
También está asociada a otros trastornos, como el agravamiento del asma y la insuficiencia cardíaca. Si bien, hay varias medidas para mantener la presión arterial en los niveles normales, con solo consumir menos sal se puede disminuir el riesgo de desarrollar hipertensión arterial.
El sodio que se encuentra en la sal cumple un papel primordial en la regulación de la presión sanguínea. Hay varios estudios en poblaciones diversas que lo han demostrado. No se puede predecir quién podría desarrollar hipertensión por consumir demasiada sal, pero ingerir poca sal (o poco sodio) no es dañino y se recomienda para las personas sanas.
El cloruro de sodio (sal de mesa), es la primera fuente de sodio en las comidas; los alimentos poseen muy pocas cantidades. La mayor parte de la sal que consumimos viene de comidas a las que se les ha agregado la sal durante la preparación, ya sea en casa o en un restaurante.
Los más perjudicados por el consumo excesivo de sal son los pacientes hipertensos o aquellos con historia familiar de hipertensión arterial (hecho que genéticamente predispone al paciente a desarrollar tal afección). Es entonces cuando es importantísimo cuidar la cantidad de sal que se consume para prevenir el desarrollo de esta enfermedad.
El abuso de sal en las comidas aumenta en un 63% en las personas obesas las probabilidades de padecer enfermedad coronaria.
Una dieta baja en sal alivia los síntomas del asma inducido por el ejercicio. El nivel de sodio está relacionado con la severidad de los síntomas del asma. Aunque varios estudios concluyen de manera similar, aún se desconocen los mecanismos por lo que la sal agrava esta patología respiratoria. Por lo que mientras investigan el motivo, se aconseja a los asmáticos a no abusar de este condimento en las comidas, algunos plantean que la sal es tan adictiva como la cocaína.
La mayoría de la población consume demasiada sal, por lo que se recomienda que sea consumida moderadamente. Los niños y adultos sanos necesitan sólo pequeñas cantidades de sal para cumplir con los requerimientos diarios de sodio.
En USA se ha fijado que lo indicado de consumo de sodio es de 2.400 mg (lo que equivale a una cucharadita de sal), las personas sanas pueden llegar a consumir hasta 6 gramos de sal diarios, lo que se considera exceso.
Los hipertensos y aquellas personas que han sobrevivido a un infarto no deben consumir más de 2 gramos de sal por día.
Comer con sal no es motivo de preocupación para la gente sana, incluso ésta no engorda. No obstante, si usted está siendo tratado por un problema crónico de salud, entonces sí consulte a su médico acerca de si es seguro que reduzca el consumo de sal.
Hay que prevenir pérdida importante de sodio cuando hacemos ejercicios pesados o prolongados o cuando hace mucho calor.
Sin embargo si usted reduce el consumo de sal y hace ejercicios vigorosamente, lógicamente reducirá en forma gradual la cantidad de sal que consume.
La cantidad mayor de sodio ingresa a nuestro organismo a través de las comidas procesadas. Veamos:
• 1 rebanada de pan = 130 mg de sodio
• 90 g de pollo al horno = 86 mg de sodio
• 1 manzana = 1 mg de sodio
• 90 g de pollo frito (tipo comida rápida) = 500 mg de sodio
• 1 cda.de sal = 2.130 mg de sodio
• 1 cda.salsa de soja = 1.330 mg de sodio
• 90 g de pollo al horno = 86 mg de sodio
• 1 manzana = 1 mg de sodio
• 90 g de pollo frito (tipo comida rápida) = 500 mg de sodio
• 1 cda.de sal = 2.130 mg de sodio
• 1 cda.salsa de soja = 1.330 mg de sodio
Recomendaciones:
• Lea las etiquetas de información nutricional de los productos alimenticios que compra.
• Consuma frutas y verduras con más frecuencia.
• Incorpore hierbas y especias para dar sabor o realzar sus comidas, como también puede usar aceite, vinagre, pimienta y limón.
• Si va a comer a un restaurante, elija comidas que no tengan salsas que podrían contener mucha sal.
• Ojo con las comidas procesadas, son las que más sal hacen ingresar al cuerpo, así como también con los helados y postres elaborados, que poseen un alto contenido de sal.
• Tome agua corriente, soda o infusiones de hierbas. Si es necesario elija el agua mineral con bajo contenido en sodio.
• Prepare y elija comidas con menos sal.
• Haga lo posible por mantener un peso saludable: la presión sanguínea sube si aumenta el peso corporal y disminuye si el exceso de peso se reduce.
• Incremente la actividad física: ayuda a bajar la presión, reducir el riesgo de otras enfermedades crónicas y a controlar el peso.
• Si toma bebidas alcohólicas hágalo moderadamente, su exceso altera la presión.
