Según los dentistas, estas inocentes prácticas de todos los días pueden afectar seriamente tu sonrisa.
Puede que creas que tienes una increíble higiene oral si te cepillas, usas hilo dental todos los días y te mantienes alejado de los dulces.
Sin embargo, muchas prácticas, aparentemente inocentes, de todos los días pueden dañar tus dientes –causando deterioro, dañando el esmalte o, literalmente, rompiéndolos a la mitad.
El cirujano dentista, Alex Sharifian, de Irvine, California, indica que “el esmalte de losdientes es extremadamente fuerte, pero no es resistente a todo”.
Así que si quieres mantener tus dientes fuertes y saludables, los dentistas recomiendan evitar estos hábitos:
MASTICAR HIELO
Puedes fácilmente despostillarte, botarte una amalgama o hasta romperte un diente, masticando hielo.
“Básicamente estás masticando piedras”, comenta el cirujano dentista Jonathan Schwartz, dentista en Manhattan Dental Health y maestro en el Colegio Columbia de Nueva York.
“Aunque nuestros dientes están equipados con el material más fuerte de nuestros cuerpos, no están diseñados para soportar ese tipo de estrés”, agrega.
SORBER BEBIDAS DEPORTIVAS
La combinación de componentes ácidos, azúcares y químicos de las bebidas deportivas pueden debilitar el esmalte, creando huecos que bacterias podrían aprovechar.
“Consumir cantidades excesivas de estas bebidas puede ser peor para tu salud dental que tomar refresco”, comenta el doctor Sharifian.
Si es imperativo que tomes un Gatorade o algún equivalente, tómatelo todo de una sentada –en vez de estarlo sorbiendo durante el día, lo que aumenta el tiempo de exposición de tus dientes- y considera tomarlo a través de un popote.
Enjuaga tu boca con agua luego de tomarlo o mastica goma de mascar libre de azúcar para neutralizar los ácidos. Haz lo mismo cuando tomes refresco.
USAR TUS DIENTES COMO UNA HERRAMIENTA
Usar tus dientes para abrir botellas, quitarle etiquetas a la ropa, o abrir bolsas de plástico puede causar que los despostilles, quiebres o fractures.
Además, también te puedes provocar heridas serias dentro de tu boca o incluso desbalancear tu mandíbula, lo que te puede causar dolor.
“Te prometo que unas tijeras o un cuchillo son 100% más efectivos que tus dientes para abrir cualquier empaque”, indica el doctor Schwartz. “Los dientes tampoco están pensados para masticar plumas, los lentes o popotes, ni para actuar como una tercera mano cuando estés cargando cosas”, añade.
Puede que no te des cuenta de a qué tanta presión estás sometiendo a tus dientes, y esto puede provocar que estos se caigan o que el esmalte se dañe.
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COMER MUCHOS CARBOHIDRATOS
Panes, pastas y galletas no parecen ser comida chatarra tan azucarada, pero rápidamente se convierten en azúcar en tu boca.
“Las bacterias en tu boca se alimentan del azúcar, causando que tus dientes se deterioren”, comenta el cirujano dentista, Gregg Lituchy, de la clínica Lowenberg, Lituchy y Kantor en Nueva York. “Trato de no comer tantos alimentos procesados, pero si me voy a comer un gran plato de pasta, me voy a cepillar los dientes inmediatamente después, antes de que las bacterias conviertan esos azúcares en ácidos que corroan mis dientes”.
NO GUARDAR TU CEPILLO DE DIENTES
Dejar tu cepillo de dientes en el lavabo –específicamente en un recipiente junto con los cepillos de más personas- es una invitación a las bacterias y fácilmente puedes contagiarte de algo por un miembro de tu familia.
Además, minúsculas partículas de materia fecal pueden volar por el aire (y aterrizar en tu cepillo de dientes) cada que le jalas al escusado.
“No es que nuestras bocas no estén ya llenas de bacterias”, agrega Schwartz, “pero no quieres agregar a esa mezcla otras cosas que flotan en el aire de los baños”.
Trata de guardar tu cepillo de dientes en el gabinete de las medicinas o usar un protector desechable para el cepillo.
UTILIZAR ENJUAGUE BUCAL SIN ENJUAGARSE AL FINAL
El enjuague bucal es genial para eliminar las bacterias que pueden haberse salvado del cepillado y el hilo dental, pero el alcohol que queda puede resecar tu boca, preparándola para lo peor.
“Bacterias dañinas prosperan en ambientes secos”, explica Carolyn Ghazal, cirujana dentista en Irvine, California.
Fisuras en la lengua y por toda la boca están más expuestas cuando la boca está seca, así que las bacterias pueden fácilmente alojarse ahí.
Compra un enjuague libre de alcohol o enjuágate con agua luego de usarlo.
COMER PALOMITAS DE MAÍZ
Los granos de maíz (que no están completamente reventados) son un problema para los rellenos de tus muelas.
“Si tienes rellenos en tus dientes y un grano queda atrapado entre el relleno y el diente y lo muerdes, puedes romper el diente a la mitad”, indica el doctor Lituchy.
“Tengo pacientes que llegan con dientes rotos y les pregunto ¿palomitas? y ellos se sorprenden. Es la causa número uno de dientes rotos”, explica.
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CEPILLARTE EN UN MAL MOMENTO
Cepillarte inmediatamente después de comer es usualmente sabio, pero evita hacerlo luego de comer algo muy ácido como el vino, café, refresco, cítricos o jugo de frutas.
“Luego de comer algo muy ácido como un smoothie de fruta, lo cual es muy ácido, el esmalte de tus dientes se debilita temporalmente”, explica el doctor Lituchy. “Espera 45 minutos antes de cepillarte para darle tiempo a tu saliva de diluir la acidez”.
De lo contrario, explica, la abrasión de tu cepillo en el esmalte debilitado puede causar daños. También puedes enjuagar con agua para ayudar a neutralizar el ácido.
CEPILLARTE DEMASIADO FUERTE
Ser minucioso es bueno, ser violento no.
Cepillarse demasiado fuerte puede no solo irritar tus encías y hacer los dientes más sensibles a bajas temperaturas, sino que puede de hecho dañar el esmalte, abriéndole la puerta a las caries.
Una manera de asegurar un cepillado correcto es usar un cepillo de cerdas suaves, el cual es suficientemente firme para remover placa, pero suficientemente suave para evitar el daño causado por incluso los más entusiastas del cepillado.
NO CEPILLARSE PARA NADA
Todos tenemos esos días en donde arrastrase a la cama nos toma casi toda la energía que nos queda.
“En ese momento de auto evaluación –sobre el riesgo real de no cepillarse- siempre me pongo de pie y me voy a cepillar”, asegura el doctor Schwartz. “Siempre encontramos tiempo para cepillarnos en las mañanas, pero en la noche, antes de ir a la cama, es realmente el momento más crítico”.
Esto se debe a que la placa, la cual se forma en los dientes durante el día, se puede calcificar y convertirse en sarro en 24 horas.
Y en ese punto no puedes simplemente cepillarla y quitarla con hilo dental, tiene que ser removida por un dentista.
NO USAR GOMA DE MASCAR
Los chicles con azúcar son obviamente un error dental, pero masticar goma de mascar sin azúcar mejora la salud oral.
“La saliva es la defensa natural de tu cuerpo contra las caries, así que lo que puedas hacer para incrementar la producción de saliva, especialmente luego de comer, te ayudará a proteger tu boca de la resequedad.
“Yo le digo a mis pacientes que masticar goma de mascar sin azúcar con xilitol luego de comer es una manera genial de combatir no solo el mal aliento, sino prevenir caries”, asegura el doctor Schwartz.
El xilitol es un endulzante natural, hecho con plantas, que previene que las bacterias se peguen a tus dientes y ha demostrado que elimina de tu boca bacterias que causan caries.
CHUPAR COSAS
Seguramente sabes que los dulces pegajosos y dulces que se quedan en tu boca –paletas, caramelos, dulces y demás- no son aprobados por los dentistas, asegura el doctor Sharifian.
Pero muchos de nosotros chupamos otro tipo de cosas, incluyendo pastillas para los resfriados y rebanadas de limón, las cuales nos pueden provocar daños en los dientes.
Muchas pastillas para el resfriado contienen azúcar refinada, así que no son mejores que los dulces –a menos que leas en la etiqueta que tiene poca o nada de azúcar.
Los limones son muy ácidos y la exposición repetida a esto puede corroer el esmalte de tus dientes. Está bien si lo exprimes en tus bebidas, pero no te cepilles luego de hacerlo.
NO IR AL CHEQUEO DENTAL
Los dentistas recomienda que te sometas a limpiezas dentales cada seis meses –pero mucha gente se lo salta, lo que puede provocar problemas a largo plazo, explica el doctor Schwartz.
“Usualmente en la boca, pequeños problemas crecen lentamente”, agrega. “Esto se debe a que seis meses se convierten en un año y luego en dos o tres, esa pequeña caries que no estaba causando ningún problema, de repente se convierte en un problema mucho más grande, lo que usualmente requiere un tratamiento más caro”.
Trata de hacer tu próxima cita antes de dejar el consultorio del dentista –de este modo