El hígado es el órgano más grande del cuerpo y responsable de la realización de cientos de funciones, y de entre ellas, la más importante, la función que realiza en el filtrado de las toxinas y deshechos del cuerpo para su eliminación. Así mismo el hígado ayuda al organismo a digerir los alimentos, a procesar los nutrientes y a almacenar las vitaminas y minerales esenciales.
Debido a que el hígado es el responsable de una gran parte de la salud en general, es necesario que se mantenga su buen funcionamiento ya que si el trabajo del hígado se ralentiza y se vuelve lento, las toxinas se acumulan y se almacenan en el tejido graso hasta que la función hepática mejora y se pueden eliminar de forma segura.
Existen varios síntomas que se reflejan en nuestro organismo cuando el hígado está estresado como:
-Fatiga crónica.
-Ansiedad o depresión.
-Letargo.
-Dolores de cabeza recurrentes.
-Problemas de digestión.
-Dolor muscular o articular crónica
-Transpiración excesiva
-Acné o ciertas condiciones de la piel.
-Gases, distensión abdominal, dolor abdominal, estreñimiento, diarrea.
-Desequilibrios hormonales.
-Mal aliento crónico.
-Aumento de peso sin explicación.
Estos son algunos de los síntomas que pueden presentarse cuando el hígado no funciona correctamente, que incluso puede ser la respuesta a porqué a muchas personas les resulta difícil deshacerse de esos kilos de más aun siguiendo una dieta saludable y la práctica de ejercicio.
Para la mejora de la función hepática lo primordial es comenzar con la alimentación y realizar ciertos cambios que puedan ayudar a no sobrecargar el trabajo que realiza el hígado.
Los siguientes consejos ayudan en la mejora de las funciones del hígado:
-Evite los alimentos procesados e intente consumir alimentos orgánicos que no contienen sustancias tóxicas.
-Siga una dieta balanceada que incluya alimentos integrales, proteínas animales y vegetales de alta calidad, granos, alimentos fermentados, grasas saludables, frutos secos y semillas.
-Elimine de su dieta los aceites inflamatorios como el de canola, maíz, soja, aceite vegetal, semilla de algodón, cártamo, o girasol.
-Beba suficiente agua.
-Aumente el consumo de grasas saludables.
-Obtenga a través de la dieta la suficiente cantidad de fibra mediante el consumo de alimentos integrales, semillas de chía, alcachofas, aguacate, brócoli y coles de Bruselas entre otros.
-Elimine los azúcares refinados.
-Restrinja el consumo de fructosa a 20 g – 25 g por día.
-Aumente el consumo de verduras de hoja verde ya que contienen magnesio, ácido fólico, vitamina C y vitamina B.
-Incluya fuentes de origen animal y de origen vegetal para los aminoácidos como caldo de huesos, pollo, huevos, espinaca cruda, perejil, repollo o remolacha.
-Consuma alimentos que sean fuente de azufre como los huevos, brócoli, coles de Bruselas, ajo, cebolla, espárragos o col rizada.
-Limite o elimine el consumo de alcohol.
A parte del seguimiento de una dieta saludable hay 3 alimentos que son altamente beneficiosos para el hígado como:
-Alcachofas.
Las alcachofas ayudan a proteger y apoyan la función hepática debido a su alto contenido en fibra y sus propiedades antioxidantes.
-Cúrcuma.
La cúrcuma ayuda a proteger contra los daños en el hígado debido a sus propiedades antioxidantes y anti-inflamatorias.
– Cardo de leche.
Esta hierba medicinal contiene propiedades antioxidantes, anti-inflamatorias, antivirales así como antifibróticas que ayudan a proteger las células del hígado del daño que pueden causar virus, toxinas o alcohol.
Estas son algunas de las medidas que puede seguir a diario para apoyar la función del hígado.